Buscar...

domingo, 10 de mayo de 2015

Juan Salvador Gaviota de Richard Bach

Qué hermoso es rozar las páginas amarillentas de un libro capaz de contar dos historias: una que relata a través de sus palabras, y otra que nos cuenta de aquellas manos por las que ya pasó, aquellas almas voraces de letras para alimentar la imaginación y dejar volar los pensamientos... y hablo de dejarlos volar alto, tan alto como Juan Salvador Gaviota, pues mi libro estaba repleto de frases subrayadas y notas al margen que mostraban que la historia había vivido más allá del tamaño de sus páginas y el número de sus palabras. ¡Qué lindos que son aquellos libros, que pueden alzar la voz y decir tanto en la simpleza de su redacción y en tan poquitas páginas!

"Hay quien obedece sus propias reglas porque se sabe en lo cierto; quien cosecha un especial placer en hacer algo bien; quien adivina algo más que lo que sus ojos ven; quien prefiere volar a comprar y comer. Todos ellos harán duradera amistad con Juan Salvador Gaviota. Habrá también quienes volarán con Juan Gaviota por lugares de encanto y aventura, y de luminosa libertad. Pero para unos y otros será una experiencia que jamás olvidarán. 
Al verdadero Juan Gaviota, que todos llevamos dentro."
La forma en que el libro se presenta a sí mismo habla por sí sola y es más hermosa de lo que yo podría expresarlo en cualquiera de mis palabras.
Es un libro que leo una vez cada dos años aproximadamente y del que jamás me aburro. Si ustedes, compañeros de las palabras, ya habían leído el libro unos años atrás, permítanme recordar que los años cambian la mente, nos hacen replantearnos la vida una y otra vez, y dejan a la luz del sol muchas cosas que antes eramos incapaces de ver, anímense una vez más a la aventura de volar alto y pensar distinto. Si en cambio, se trata de un libro con el que aun no han tenido la oportunidad de encontrarse, les cuento que muy posiblemente descubrirán entre sus páginas el origen de muchas frases que les sonarán familiares, puesto que han trascendido generacionalmente desde su primera publicación en 1970. Los invito, entonces, a acompañar por primera vez a Juan Gaviota en su camino hacia el aprendizaje.

jueves, 20 de septiembre de 2012

La Bala

Lo lindo de la música, es la variedad que existe y la capacidad que tienen algunas personas para expresar verdades tan realistas de una forma tan directa y poética al mismo tiempo. 
Mucha gente se encierra en un sólo tipo de música y se priva de verdaderas obras de arte. Me dirijo a cualquier persona que evite cualquier género o tipo de música cuando digo: no pierdas la oportunidad de escuchar la cultura y la realidad expresada de una manera distinta. 


Ahora va una parte de la canción titulada "La Bala" de Calle 13, del género de música urbana. Increíble la realidad que expresa de esa forma tan directa y realista a la vez... 




"(...)Sería inaccesible el que alguien te mate, si cada bala costara lo que cuesta un yate. Tendrías que ahorrar todo tu salario, para ser un mercenarío, habría que ser millonario. Pero no es así, se mata por montones, las balas son igual de baratas que los condones. Hay poca educación, hay muchos cartuchos, cuando se lee poco, se dipara mucho. Hay quienes asesinan y no dan la cara, el rico da la orden y el pobre la dispara. No se necesitan balas para probar un punto, es lógico, no se puede hablar con un difunto. El diálogo destruye cualquier situación macabra. Antes de usar balas, disparo con palabras (...)"

domingo, 4 de diciembre de 2011

Ser egoista

Una persona se mira así misma, y lo que ve, lo que cree ver, es lo que siente y lo que cree que ven los demás.
Es total y extremadamente difícil poder verse a sí mismo tal cual es, poder ver los defectos propios en su completa realidad, en su completa magnitud. Sobretodo porque cada persona en el mundo es distinta y piensa de una forma completamente distinta. 
Uno hace lo que quiere hacer, pero no es lo que quiere ser, porque nunca se sabe por completo lo que somos en realidad. 
Y a veces, incluso, cuando inconscientemente sabemos como somos, nos aferramos a las actividades más tontas, más rutinarias o más insignificantes sólo para evadirlo. 

El egoísmo, por ejemplo, es uno de los defectos más comunes de la sociedad. Cuando somos egoístas, creemos que pensamos en los demás, creemos preocuparnos por el resto del mundo, cuando en realidad, adaptamos al resto del mundo a nuestras preocupaciones. El egoísmo es la peor de las cegueras, vemos lo que queremos ver, y aquello que no queremos ver, lo transformamos en otra cosa.
El egoísmo nos hace tercos, porque cuando somos egoístas, el mundo entero conspira para hacérnoslo saber, y somos capaces que creer, aún así, que tenemos razón. Es querer mirar, hacer y vivir la parte más linda o divertida de la vida, cuando en realidad, la vida se compone de momentos buenos y momento malos. 
El egoísmo es una imagen imaginaria pegada sobre el espejo en el que pretendemos reflejarnos. Nadie puede negarnos lo que vemos, porque la imagen está ahí, y nosotros la vemos. Pero, a su vez, nadie puede convencernos de que es sólo una imagen sobre el espejo, de que es imaginaria, de que no es real, por el simple hecho de que amamos la imagen que vemos.
Ser egoísta es no aceptarse a uno mismo, y aún así, pretender valorarse más que a los demás.
"Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo, llega a no saber cuál es su cara y cuál es su careta."
Pío Baroja

viernes, 21 de octubre de 2011

Los Mesías de Murphy

 Mis amigos se ríen, dicen que yo soy la principal víctima de la mala suerte... Que por alguna razón, "ella me eligió", y que encima, la aparición de mi mala suerte es selectiva, ya que cuanto más me esfuerzo por mejorar, más evidente es...
La verdad es que, en parte, tienen razón... Me esfuerzo, intento hacerme cargo de todas mis responsabilidades, de mejorar mis cualidades, de adquirir nuevos hobbies, de aprovechar mi tiempo, de hacer cosas nuevas, de conocer gente nueva, y de cada 10 cosas que intento, al menos 7 me salen mal.
Muchos me dicen "Yo no se qué es lo que haría en tu lugar...", pero la verdad que yo lo veo como algo totalmente distinto, porque cuanto peor me salen las cosas, más razones para reírme encuentro...
Sí, lo entiendo, no es linda la sensación de frustración e impotencia que aparece en nosotros, cuando después de tanto esfuerzo, todo se viene abajo. Pero lo cierto es que la "mala suerte" termina por ser un gran ayudante para la vida cotidiana. Y cuando lo vemos desde este punto de vista, podemos entender de una mejor manera aquella frase que alguna vez dijo Friedrich Nietzsche: "Lo que no te mata, te fortalece".
Tal vez cuando se nos rompa el paraguas abajo de la lluvia, cuando venga un perro y nos manche nuestra remeta favorita, cuando se nos vaya el colectivo, cuando se nos rompa el auto o cuando se nos manche el informe que teníamos que entregar, no le vamos a ver la gracia ni la utilidad, pero son estas pequeñas malas jugadas, las que nos hacen pacientes y nos ayudan a desarrollar nuestro sentido del humor. Y puedo asegurar que la paciencia y el sentido del humor juntos, son un don implacable e increíblemente útil a lo largo de toda la vida.
Situaciones como esas son las que nos obligan a superarnos a nosotros mismos, sacan lo mejor y lo peor de nosotros, nos hacen enojar, y a su vez, entrenan nuestra paciencia, nuestro instinto y nuestra capacidad de resolver problemas en la vida cotidiana. Pero mi parte favorita, sin dudas, es que nos llenan de anécdotas nuevas y graciosas para contar. Son anécdotas que terminamos por contarles a nuestros amigos, en las que probablemente nos riamos más nosotros que ellos, porque recién ahí somos capaces de ver lo patéticos que nos vimos y las torpezas que hicimos. Y luego, historias como esas se transforman es un incentivo para seguir adelante en nuevas situaciones, ya que nos obligan a pensar "Si pude con eso, tengo que lograr vencer este nuevo obstáculo".
"Verse a sí mismo suele ser un buen estímulo del sentido del humor."Bernardo Verbitsky
Sí hay algo en lo que creo en el mundo, es que cuando se sonríe, se vive mejor...

sábado, 15 de octubre de 2011

Lo lindo del momento.

Que hermosa sensación es querer que el momento dure para siempre. Que linda es la nostalgia que te trae el haber vivido un gran recuerdo. Que espectacular es sentir que todo fue lo suficientemente hermoso como para compararse a un sueño. Que maravilloso es el darse cuenta de que se ha aprendido tanto. Que gran satisfacción es que te cueste volver a la vida cotidiana por la dificultad para despedirse de lo vivido recientemente. Que placer es notar que se ha perdido la noción del tiempo por haber vivido el momento al máximo. Que agradable es no tener tiempo para preocuparse. Que divertido es actuar sin importar el ridículo en el que se pueda caer. Que deleite es no necesitar palabras para describir la felicidad que se siente al instante. Que gusto es ir a conocer cosas nuevas y terminar conociéndose a uno mismo...

sábado, 30 de abril de 2011

Ernesto Sábato: Gracias por darnos grandes razones para recordarte.


Para aquellos que no se interesen en la lectura o que son demasiado jóvenes para reconocerlo (situación que no incluye a todas las personas, de hecho yo misma tengo 15 años de edad), fue el autor de grandes obras que marcaron una etapa importante en el mundo de la lectura.
Para aquellos que tuvieron el placer de encontrarse con una de sus novelas o ensayos, no son necesarias las palabras, pues mas allá de cada pensamiento personal que cada quien pueda tener sobre este escritor (sean positivos o negativos), hay que admitir que nos dio razones para pensar y debatir sobre múltiples las situaciones de la vida.

Fue el mismo Sábato quien dijo "La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse." y es irrefutable la idea de que este hombre se ha ganado respeto mostrando su forma de ejercer el oficio de la vida.
A 99 años de edad finalmente se despidió de nosotros, aunque como todo gran escritor sus palabras perdurarán para siempre, dejando una gran huella imborrable bajo cada una de sus obras bibliográficas.

Gracias por darnos grandes razones para recordarte, y dejarnos tus palabras para que aun fuera de este mundo tengamos razones para conocerte.



"Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas." Ernesto Sábato 24 de Junio 1911-30 de Abril 2011.

martes, 26 de abril de 2011

Sin aferrarse a nada...

Lo veía día a día ante mis ojos, ante mis palabras, ante las suyas... Me divertía bajo su influencia, me descargaba bajo su presencia, me basaba en su existencia para darme cuenta qué tan interesante podía ser mi vida... Hubieron señales, hubieron avisos... Pero entre las tonterías de cada día, entre el perfume de su encanto, entre el atractivo sonido de su presencia me cegué, me encandilé, malinterpreté y fracasé...

¿Por qué nos damos cuenta del valor de las cosas recién cuando las perdemos? ¿Por qué es necesario sentir el vacío para entender qué era lo que nos llenaba?

A veces, sin darnos cuenta, tenemos algo a lo que nos aferramos para sentirnos bien dentro de la realidad, para tener un camino, para dejar volar nuestras mentes sin irnos por las ramas. Porque cuando nos aferramos sentimos que si bien podemos no avanzar mucho, cuando caigamos, no llegaremos tan profundo... Sentimos que si perdemos el camino, aún tendremos compañía y que por mas que cerremos los ojos, no tropezaremos con nada...
Pero atarnos a algo conlleva riesgos. Nos hace dependientes, nos enceguece, nos hace esquivar cosas que debemos enfrentar para salir adelante, hace que dejemos de avanzar y que no nos preocupemos por hacerlo...
"Si una persona se aferra a su pasado muere cada día un poco."
Porque la vida cambia, y todo lo que hay en ella permanece ahí sólo por un tiempo, luego simplemente se va... Cuando aquello a lo que nos afianzamos se va, perdemos el rumbo y todo se desvanece ante nuestros ojos...

Vivir la vida a pleno, no aferrarse a nada, disfrutar cada segundo y dejarlo ir cuando llegue el momento de hacerlo. Es la única forma de seguir avanzando y nunca perder el rumbo.