Buscar...

martes, 26 de abril de 2011

Sin aferrarse a nada...

Lo veía día a día ante mis ojos, ante mis palabras, ante las suyas... Me divertía bajo su influencia, me descargaba bajo su presencia, me basaba en su existencia para darme cuenta qué tan interesante podía ser mi vida... Hubieron señales, hubieron avisos... Pero entre las tonterías de cada día, entre el perfume de su encanto, entre el atractivo sonido de su presencia me cegué, me encandilé, malinterpreté y fracasé...

¿Por qué nos damos cuenta del valor de las cosas recién cuando las perdemos? ¿Por qué es necesario sentir el vacío para entender qué era lo que nos llenaba?

A veces, sin darnos cuenta, tenemos algo a lo que nos aferramos para sentirnos bien dentro de la realidad, para tener un camino, para dejar volar nuestras mentes sin irnos por las ramas. Porque cuando nos aferramos sentimos que si bien podemos no avanzar mucho, cuando caigamos, no llegaremos tan profundo... Sentimos que si perdemos el camino, aún tendremos compañía y que por mas que cerremos los ojos, no tropezaremos con nada...
Pero atarnos a algo conlleva riesgos. Nos hace dependientes, nos enceguece, nos hace esquivar cosas que debemos enfrentar para salir adelante, hace que dejemos de avanzar y que no nos preocupemos por hacerlo...
"Si una persona se aferra a su pasado muere cada día un poco."
Porque la vida cambia, y todo lo que hay en ella permanece ahí sólo por un tiempo, luego simplemente se va... Cuando aquello a lo que nos afianzamos se va, perdemos el rumbo y todo se desvanece ante nuestros ojos...

Vivir la vida a pleno, no aferrarse a nada, disfrutar cada segundo y dejarlo ir cuando llegue el momento de hacerlo. Es la única forma de seguir avanzando y nunca perder el rumbo.

1 comentario:

  1. Aferrarse y morir cada día un poco.Buscarnos en el reflejo del otro. Dejar ir...;Buena reflexión.Un abrazo

    ResponderBorrar